tuve el sueño más limado del mundo
mentira
-pero me dejó orbitando-
estabas en mi casa observando todo en silencio
y conocías todo el desorden de mi cuarto
que estaba más desordenado que nunca
pero nada de eso parecía importante
la pared frontal que da al pasaje se convertía en un vidrio gigante sin cortinas
y del otro lado se abría un vasto campo de pastos tiernos
-alguien pasaba y nos asustábamos
y nos escondíamos abajo de frazadas
con motivos que nunca tuve-
el objetivo era girar en la cama como un tronquito
o dicho de una mejor forma
entrar en un barril acolchonado
y tirarnos por el barranco
estábamos en eso
y la luz era blanca como algunas mañanas memorables
y nos medíamos de una forma extraña pero efectiva,
digamos animal,
como se miden los gatos
cuando se ven por primera vez
y no piensan en huir
al final
parecía todo parte de una realidad irrompible
eso me obnubilaba.
finalmente la perfección se rompía
yo no podía hacer los malabares necesarios
-y es que nunca fui buena haciendo malabares,
soy un tanto asincrónica-
tenía miedo pero al final iba y volvía en colectivos
y conseguía arreglar todo
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