sábado, marzo 20

noche de viernes para sábado

En casa solamente encuentro una de las ojotas marrones, mis preferidas. Desde que me mudé que no logro enontrar la otra.

Anoche durmiendo estaba en tu casa y descubría que la otra ojota estaba ahí, me la había dejado la última vez (hace mucho) que había ido. La encontraba con sorpresa anajo de tu cama, en tu cuarto.
Tu mamá primero estaba contenta, después no tanto, después discutían, después estaba contenta de nuevol. Llovía.
Se había inundado sobretodo Honorio Pueyrredón entre Juan b Justo y Gallardo, entonces íbamos con ropa a correr mientras llovía. Y mamá y papá y tu mamá y tu papá corríamos. Bajábamos por Honorio y una chica se subía un árbol se tiraba para abajo de cabeza y entonces solamente llovía y no había agua cubriendo el suelo y aterrizó como un gato del monte y no se lastimó nadita. ''Vieron lo que hizo?'' contestaban que sí todos a coro pero enseguida entendíamos que mejor correr a la cortada de atrás que estaba llena de agua, y yo me lanzaba rápida como un rayo y se me salía el talón de una zapatilla de las azules y no tenía otras pero no me importaba volver a mi casa mojada. Estábamos todos en la calle saltaltando en el agua marrón de la callecita de atrás. Por abajo pasaban palitos y barro y cositas y era como estar en un rio del delta.
íbamos volviendo y volábamos bajito un rato en posición vertical y siempre hablando del tema de cómo íbamos a hacer con todas las cosas que hay en Roma. Flor que no estaba antes, pero ahora estaba y era como si hubiera estado siempre, nos dice que mejor tomarnos ya el avión entonces nos acercamos a él con nuestras carteras gigantes y las maletas ya las habíamos despachado y éramos las dos muy chic.
No sabemos si sentarnos o no o cuándo va a llegar este vuelo y decidimos preguntar antes de saber si nos tomamos ese u otro. Pero finalmente nos quedamos sin preguntar nada porque toda la magia del avión gigante nos cautivó. No me gusta viajar de espaldas, pienso. Y justo podemos viajar de frente después de recorrer un par de secciones del avión. Como si fueran vagones.
Era un avión gigante, nos tocaba una sección que no era la peor ni la mejor una de las puertas de las puntas daba al Jardín Botánico del avión que era como una sala gigante y lujosa llena de ventanas y arbolitos intermedia entre un vagón y otro.
Nos sentamos y hay mucha comodidad y yo pienso cómo puede ser qué loco que Flor me haya dicho que la acompañara a Roma y me estaba yendo a Roma y no tenía pasaporte pero como era justo ese día no iba a importar.
En el avión pasaban muchos vendedores ambulantes. "Claro", pensaba. Y recordaba una charla que había tenido con unos nenes de la calle una vez en la cual me decían: El pasaje te sale más caro que para vender en el tren o en el bondi, pero también hacés mucha más plata, pensalo!
Uno atrás del otro. Había un tipo que tenía la mitad de la cara bronceada y la otra mitad completamente blanca, el pelo teñido de rubio platinado y de rubio oscuro anaranjado y un ojo marrón y otro celeste. Estaba con un nene gordo y sabíamos que ese nos podía querer robar las cosas. De todos modos pasaba y no nos sacaba nada.
Una señora venía y abría un folleto enfrente mio con nombres de Pokemón y me preguntaba cuál grupo de pokemones tenía y que si tenía el central tenía menos -10 en todo lo que era planta pero que Platacul pegaba +25. Platacul. Yo le decía que no me interesaban los pokemones pero internamente me acordaba de todas las figus, los capítulos y los álbumes y deseaba tener todos sus muñequitos en una repisa de mi casa.
En el medio el avión arranca y gritamos porque es como una montaña rusa sentirlo despegar y porque justo en ese momento mi vista es como la de un micro de dos pisos en la ubicación arriba adelante. Vemos pilotos de gente, sombreros, personas a la que el avión le pasa finito, taxis, altura y pensamos qué increíble todo esto!
Todas las anteriores veces que viajé en avión en ese momento habían sido muy diferentes a esa.

Entonces aparte de Flor hay otra chica que es como si hubiera estado siempre. Y se ponen a escuchar de un mp4 y yo pienso: estas guachas me dejaron sin auriculares. Pero no importa y se duermen y veo pasar pasar a todos los vendedores ambulantes y pienso "claro, el pasaje es más caro pero vendiendo acá hacen mucha más plata". Y voy hipotizándome en una suerte de estado alfa.

Se despirtan y ahí es cuando me doy cuenta de que me había dormido o estado como apunto de dormirme un rato larguísimo. Estamos sobrevolando una ciudad muy bajito. Una ciudad enorme. Ni bien me despabilo no entiendo bien si todavía estamos en Buenos Aires o pasó mucho tiempo. Miro y los edificios, y las calles, miro todo... y pienso dónde podemos estar. Veo a un costado la costa y una isla cerca y un par de islas más. No entiendo mucho y la digo a la chica que no es Flor que me parece que estamos en Uruguay. Y ella me dice que no sabe. Empiezo a pensar y Uruguay está muy cerca.
No sé dónde estamos. Pero el avión baja y hacemos una parada antes de que nos traigan la comida. ''A Roma son como 13 horas de vuelo, claro, tendría que decirle a alguien que soy vegetariana"
Nos bajamos corriendo y empezamos a caminar y la ciudad es intrigante porque no sabemos en qué país estamos. Encuentro un grupo de chicos caminando por un malecom y dejamos de sacar conjeturas y les pregunto dónde estamos, y me dicen las calles. EN QUÉ PAIS? EN QUÉ CIUDAD? y ellos como que no entienden mucho cómo alguien puede estar preguntándoles eso. RECIÉN NOS BAJAMOS DEL AVIÓN!. Entonces me dicen: están en el df, en México. Y todas pensamos: claro, mira el acento que tenían los chabales! y nos reimos. ''Chicas, tengan cuidado, México es peligroso''.
Caminamos y damos vueltas y tratamos de ver todo muy rápido porque el avión en 15 minutos se iba para arriba de nuevo. Atravesamos un bar que tiene salida a la calle de adelante y de atrás y una callecita curva. Todos tenían la misma cara. Distintos pelos y ropas y cuerpos, pero exactamente los mismo rasgos. Chicos y chicas. Encontramos un lugar donde venden queso y salame para picada y todos quieren comprar y tienen una heladera con dulce de leche pero vendido como en pote de miel y yo lo veo y noto que es muy caro. Vuelvo a ver cuánto falta para que salga el avión y las dejo a las chicas.
Allá entro por la primer puerta y está Axel Muntaner, compañero de primaria, nunca lo volví a ver, sentado en la primer fila de asientos. Nos saludamos y ya están entregando la comida. Corro por todos los asientos y no encuentro el nuestro. Hablo con la chica del botánico, los encuentro, vuelo con velocidad pegada al suelo y le digo a Flor que no tiene pesos mexicanos para pagar la picada, aceptan nuestros pesos argentinos y volvemos rápido asustadas recordando que dejamos los celulares ahí encima de la mesita del asiento y el tipo con la cara partida en dos! pero volvemos y todo está bien y ya nos van a dar de comer.
Pienso qué loco va a ser ver Roma y que no haya música de fondo! Y qué bien que se sentía estar en el DF.







1 comentario:

  1. no le digas a nadie pero, a veces, finjo estar ahí viendo-te imaginándome en tus pesadillas, aunquesea como un espectador que se limita a las paredes del teatro una pared sos vos las otras tres no sé.

    ResponderEliminar