No sé qué carajo soñé anoche.
Nos dábamos un abrazo de gol con Mariano por tener puesta distintas versiones de mi remera del Demonio de Tasmania.
Bardeaban a una chica con flequillo cortito como el mío y me sentía zarpada.
Algo con el tiempo, el futuro.
Me desperté y miré a Panterita en la cama dormir. Miré la luz que entraba por la ventana. Me miré a mí misma. Sentí que el tiempo era dentro de 100 años y nada de mí existía ni importaba y sentí vértigo pero eso tampoco me importó.
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