domingo, noviembre 16

Soñé que nos moríamos. Una amiga y yo. En el cielo la gente esperaba en una casa hermosa. Nos sentábamos en una fila con forma de espiral para no perder los puestos. Sólo nos teníamos la una a la otra. Yo explicitaba en voz alta: "Cómo me debe estar extrañando X. X debe estar sufriendo muchísimo". La muerte no era auténticamente física, sino que yo sentía cómo mis amores, mis vínculos, se apagaban. Yo me resistía a la muerte de mis sentimientos pero era irremediable, porque ahora toda la eternidad sentada en un cuarto haciendo fila con forma de espiral. Me empezaba a enamorar de mi amiga y la abrazaba. "¿No hay ninguna chance? ninguna ninguna? de que yo pueda volver allá abajo? concédanme el privilegio de ser fantasma una tarde, quiero decirles a mis amores que yo también lo lamento mucho, que los voy a extrañar por siempre, pero estoy bien". Todos negaban con la cabeza. Yo pensaba en vos. En vos. Y en vos. Y en vos.
Y en Vos.

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